miércoles, septiembre 27, 2006

Bitácora del Kapitán: los diarios perdidos del Presidente (1976-1983)

Extractos exclusivos de los diarios y anotaciones del joven Kirchner durante la dictadura. Un periodista perdió las dos piernas y la movilidad parcial de la parte derecha de su rostro mientras buscaba este material: si desea difundirlo nosotros no nos hacemos cargo. Nota del editor: las faltas de ortografía no han sido corregidas para mantener las memorias en un tono más emotivo y realista.

Primera Parte: 1976 - Amor y Marks en La Plata

7 de abril de 1976.-

Querido diario:
Todo el mundo está hablando de un tal Marks en la universidad. Por lo poco que pude escuchar, se trata de un tipo que propone una dictadura del proletariado (lo que sea que signifique la palabra proletariado. Y dictadura, también). Fui entonces a la biblioteca y pedí el libro más importante de él: El Capital. Grande fue mi sorpresa al constatar que el libro tiene más de 1000 páginas (además, ¿qué es eso de “el” Capital? ¡Es “la” Capital, bruto! Ya eso me hizo dudar bastante de la seriedad de Marks); como decía, más de 1000 páginas no son moco de pavo, no tengo tanto tiempo libre. Además, la chica me dijo que era “peligroso” leer a Marks, cierto en dos cosas –desde mi propia parspectiva-: a) porque es un libro muy largo y uno puede descuidar sus estudios, y b) porque si ya arrancamos con errores en el título no me quiero imaginar lo que debe ser adentro, y a Marks podrá no importarle la ortografía pero a mí sí.

Y de repente, en las inmediaciones de la facultad, un ángel, una mujer parada en un cajón de cebollas y arengando a una multitud; sus ideas son demasiado revolucionarias: propone Channel y peinados del joven incipiente Roberto Giordano para toda la masa proletaria (otra vez esa extraña palabra); su nombre es Chris (con h) y no me quiero adelantar, pero creo que estoy enamorado, ¡iupiiii!
18 de mayo de 1976.-

Querido diario:
Así que en vez de Marks me pedí un libro más corto y me dieron uno increíble –tal es así que lo leí prácticamente en 6 días-: se trata de un soberano que gobierna tan bien su planeta que ninguno de sus súbditos se subleva. También hay una cosa de un sombrero pero no la entendí bien (1).

Hoy vi a Chris otra vez. Llevaba una pancarta a la entrada de la facultad que decía “Cartier to the people”. No sé bien qué es el amor, pero si uno de sus síntomas es un escozor dulzón en las partes erógenas, pues entonces estoy enamorado.
2 de junio de 1976.-
Querido diario:
No puedo dormir, no puedo comer, no puedo hacer nada; todo el día y toda la noche pensando en Chris; esto no es amor, ¡esto es insoportable! Después de reflexionar largo rato, me di cuenta que no tengo chances, es triste pero es así: no tengo glamour, ni tampoco ideas revolucionarias emparentadas con el glamour. Y después de estar afligido durante días, un amigo me indicó de dónde sacar plata para empilcharme.

Así que me anoté como voluntario en un programa secreto del ejército, que consiste en el desarrollo de visión de rayos X para tropas de asalto (2). La operación consiste en la aplicación de unas gotas de color verde fluorescente en los ojos, las cuales, como bien me indicaron los uniformados, no deja secuelas ni trae efectos secundarios (además me indicaron que, de salir bien el experimento, podría ver a todas las mujeres en ropa interior). Así que después de que me aplicaran las gotas en el ojo derecho, agarré mis 200 pesos (3) y me fui derechito al Chemea de Corrientes, donde me compré un traje negro 100% polyester con líneas blancas en fantasía, una polera beige con ochos (¿se dice así) y una camisa azul con cuello mao (maoméno como las otras pero más cómoda porque parece una remera). Y con algunos pesos que me sobraron me fui a comer un ruedapán a la Costanera (cuando uno está enamorado y es feliz, puede darse ciertos lujos).
Notas.-

(1) Felipe Pigna explica: “Es fácil darse cuenta cuánto significó El Principito para la estrategia política de Néstor Kirchner; de ahí nace la asteroidización principesca de Santa Cruz (O’DONELL, Pacho: Diccionario de términos políticos, p.86): la idea de encarar los problemas reales de la gente como si viviese en el Asterioide B 612, cuya única preocupación real consistía, como cualquier lector sabe, en regar y ocuparse de una flor (ignorando, a su vez, que no todos en la provincia pertenecían a la petroburguesía). De hecho, varios historiadores santacruceños coinciden en afirmar que Kirchner realmente creía estar en dicho asteroide, aunque nunca se hallaron demasiadas pruebas al respecto”. (PIGNA, Felipe: Cómo dibujar un elefante dentro de una boa y que parezca un sombrero, Emecé, 2002).
(2) Los registros donde consta la colaboración del joven Kirchner con la dictadura han sido deliberadamente eliminados. Sin embargo, durante el apogeo petrolífero y la época de la expansión tecnológica durante la gobernación de Néstor Kirchner en Santa Cruz, circuló oralmente la leyenda. Ésta fue recogida en el libro “Expansión tecnológica en Santa Cruz (1990-2003): de cómo pasamos de la cuneiforme a la lineal b” de José Luis Romero, Fondo de Cultura Económica, 2004.
(3) Equivalente a 3 dracmas de la primera guerra púnica.

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